Deja fluir la luz natural con libertad. Es decir, aprovecha las ventanas con unas cortinas hasta el suelo para generar una sensación de techos altos y elige tejidos suaves: lino, algodón… que permita traspasar la luz con un filtro de calidez.
Además, complementa con una lámpara de pie en las esquinas y así, los reflejos de los tapizados del sofá, butacas o textiles ayudarán a armonizar tanto los colores claros como la luz por toda la estancia.
Eso sí, aprende a decorar con espejos y el reflejo de la luz te ayudará a ganar profundidad y amplitud por toda la estancia.
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